WILLY

Y caminaba yo tomado de la mano de una hermosa dama la cual nuca había visto, por pasillos florecidos, llenos de aromas impactantes a mi olfato muerto por años,  y aunque su mano era suave y tersa, y el aroma que emanaba sus poros era algo fuera de este planeta, mi corazón no encontraba la tranquilidad. Mi olfato nunca había chocado con tan inmenso y agradable olor. Era fascinante la bella dama, flotaba en su aura, paseaba con su hermosura en un mundo diseñado solo para ella, y en ese momento también para mi pues de su mano me llevaba. Era todo lo que anhelaba, hermosa, aroma que cautiva, un mundo solo para los dos, colores infinitos, silencio eterno, romance sin palabras, comunicación solo de gestos y miradas, fantasía absoluta. Me llevo hasta su cuarto y con su mirada me dio a entender que allí era el lugar, el lugar del amor, era allí donde las mas hermosas fantasías y placeres estaban dispuestas para los dos, era una galaxia, era infinito el lugar, su casa era el universo, aquí,